miércoles, 27 de febrero de 2008

Bad-lands.


Desde la exuberancia verde del hayedo de Montejo o del parque por excelencia de Madrid, nos vamos en esta ocasión a la belleza singular de las tierras yermas de la Comunidad, tierras peladas, erosionadas activamente por la acción de las aguas de escorrentía superficial; denominadas precisamente por ello, tierras malas (bad-lands), del Pontón de la Oliva, en el este de la provincia de Madrid en la linde con la de Guadalajara.
Las luces y las sombras del Sol del medio día, casi en la cresta del duro sendero por el que se asciende a la cima, dan al lugar un aspecto fantasmagórico, de misterio, entre los capirotes que forman los pináculos de roca coronados por conglomerados majestuosos que pretenden perpetuarse en la vertical, (chimeneas de hadas) y las cárcavas cada vez más profundas que acaban por entrelazarse para formar una torrentera única que desemboca bravamente en épocas dinámicas en el río Lozoya que corre por su base después de salvar la presa del Atazar y la menos funcional del Pontón.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Felicidades para los responsables de esta fantástica Revista.¡Que afortunados son los alumnos del Centro por disponer de profesores tan entregados en su labor docente, aprovechando todos los medios a su alcance para dar a conocer las maravillas que tenemos a un paso de nuestro querido Madrid y que desconocemos.